La violencia enmascarada –o De la posición “intermedia”

la-violencia-enmascarada-o-de-la-posicion-intermediaSi bien es en su condición jurídica de cosa donde se plasma indiscutiblemente la apropiación de los seres sintientes no humanos reinante, la institucionalización de la esclavitud animal también abarca las estructuras socioeconómicas, científicas, políticas y educativas, convirtiéndose en un circuito polifacético de aceptación de violencia contra seres indefensos.

Uno de los espacios más representativos lo constituye la inducción de violencia de manera no violenta, a través del discurso sedativo del bienestar animal. La preocupación por ciertas condiciones de cría –que aparecen como públicamente correctas porque “además” lo exige el mantenimiento de la salud humana y la protección del medio ambiente, implicando así, en realidad, mejoras convenientes para los productores– se presenta como aquello que les debemos a los no humanos que vamos a usar sin necesidad. Este último “detalle” permanece oculto o pasa a ser una desgracia “inevitable.” A falta de lugares originales, ejemplifico con un lugar común: el discurso de la que aparece denominada como “posición intermedia” en la nota publicada por el diario mendocino Los Andes. Entender la nota es muy sencillo. Entender lo que enmascara requiere estar en el tema de la defensa animal, lo que intentamos los defensores abolicionistas pese a la gran confusión reinante y el grueso de los medios transitando la vereda de enfrente. Sugiero su lectura en la versión en línea [1] antes de proseguir con esta Crónica.

En la construcción de la Otra mirada, desarrollo los aspectos relacionados con el lenguaje y las estructuras de violencia más o menos crueles con que se los domina. Porque además de que hablamos un lenguaje que da cuenta de la infravaloración y la opresión a que se somete a los otros animales, operan entramados subliminales que especulan con el apaciguamiento de la conciencia moral de los consumidores y disfrazan la esclavitud animal. En esta nota, el optimismo educativo de las etiquetas certificadoras nos alcanza la así llamada posición “intermedia”, que no es otra que un más eficiente manejo de ciertos animales no humanos, haciendo saltar la consideración de los derechos animales hacia el más allá. Quiero decir: mucho más allá. Hacia otra galaxia, si es que antes no se lo traga un agujero negro. La razón es la siguiente: por más que se detalle el sufrimiento psicofísico que padecen los animales, tal denuncia nunca conducirá a la raíz del problema si no se revela la situación de injusticia que lo origina. Una injusticia que no sólo les depara sufrimiento.

Pero no hay sufrimiento ni matanza que puedan validarse si lo que les debemos a los otros animales es respeto. No hay ninguna necesidad de ocuparnos del “bienestar” de quienes no deberían haber sido traídos a este mundo. En todo caso, lo poco que se logre en alguna explotación irá de la mano de más explotación y del bienestar de quienes lucran con la venta de animales vivos o muertos. Si el animal no humano se piensa como “de consumo” –típica denominación de la posición bienestarista– en el plato siempre habrá violencia, mal que le pese a quienes lo condimentan con etiquetas dolphin-safe o cualquier otra. Pretendo provocar una mirada atenta. Esto significa enseñar a buscar. Y si en el plato con productos animales se busca bien, se encuentra lo que está oculto: en tal plato siempre hay víctimas.

Y sumando otros usos a la explotación para comida, puede verse que no sólo es el ser sintiente en sí mismo es el que es explotado y ejecutado para conveniencia, placer o entretenimiento de los humanos sino que, fraccionados en partes, compone las más variadas mercaderías o es llevado a la explotación extrema como trabajador forzado, ciertamente sin goce de sueldo. Todas sus necesidad e intereses, su vida entera queda atrapada en el proceso de conversión de alguien en algo, y así será mientras su “dueño” lo requiera.

Si bien en cualquier tipo de estructura económica puede –o no– convalidarse la explotación de los animales no humanos, en la actual sociedad capitalista los mecanismos de sostenimiento de tal statu-quo son altamente condicionantes. La domesticación del animal no humano se enseña domesticando la mente humana en un proceso de acostumbramiento a la normosis que implicaría usarlos. Debido al poder económico sustentado por las empresas de explotación animal, las vías de penetración de lo “normal” y “necesario” invaden todos los medios de comunicación, promoviendo no sólo el uso de los animales sino también configurando un sujeto narcisista que es llevado a creerse libre por el hecho de tener acceso a su perfil en Facebook, sobre todo si puede hacerlo desde su propio celular.

El criterio antropocéntrico del ecologismo también quiere su etiqueta, aunque incluya tanto la inconsistencia ética como el absurdo. Matar merluzas que dejaron descendencia “está bien”, aclara la posición “intermedia.” Si partiéramos de la base de que está “mal” usar y matar a los otros animales, esta frase se juzgaría como una insensatez. Puede, de todas maneras, considerarse irrisoria, debido a ciertas realidades que la circundan. Por ejemplo, las empresas que se dedican a capturar langostinos con redes de arrastre se hacen con una cantidad importante de merluzas a las que se les permite arrojar a la basura. Como tacho, suele servir el mar. La preocupación de las asociaciones ecologistas –compartida por la posición intermedia– por la sostenibilidad del recurso, reafirma la noción del público que sólo atina a pensar en términos de “filet.”

Si el humano es siervo del lenguaje en su necesidad de sobrevivencia, la servidumbre subsiguiente se instala en la manipulación a que es llevado a través de ese necesario lenguaje. La ética para los derechos animales se interpone entre el individuo y la mercadería-animal-objeto. Hay que borrarla. Lo mismo hacen los nuevos paradigmas nutricionales y científicos. Hay que destruirlos. El bienestar animal educa así a los consumidores en lo que “deben elegir” según conviene a los intereses de partes. La postura de los derechos animales que tiene como base al veganismo pasa a convertirse en un “impedimento” para la “libertad individual” garantizada por las Constituciones de los países civilizados y las leyes que en su consecuencia se dictan. Y las leyes como la AEPA (Animal Enterprises Protecion Act) y la AETA (Animal Enterprises Terrorism Act), protegen el derecho al uso  de la propiedad habida sobre los animales. Cómo alguien puede dudar de que los otros animales son los seres más desprotegidos y explotados de la Tierra. Se penaliza su propia defensa.

Para concluir, quiero explicar porqué la cuestión de los derechos animales y el veganismo no son un asunto de intolerancia individual. Lo hago porque hay una cierta tendencia mediática a referirse a “los veganos/as,” o a lo que “yo no tolero,” o a lo que “tal o cual estrella de cine rechaza respecto de un determinado uso,” etc. Cuando alguien dice: “Defiendo los derechos animales y soy vegano/a porque no tolero el sufrimiento y la matanza de seres sintientes” se está refiriendo a una postura individual que no incursiona en el terreno de lo que es moral o inmoral. En cambio, cuando digo lo que desarrollo en Veganismo. Práctica de justicia e igualdad, (y completo y amplío a través de la otra mirada) acerca de que defiendo la postura abolicionista de los derechos animales y de que soy vegana por una razón determinada, estoy diciendo que esa razón nos debería llevar a todos a hacerlo. Si la dación de derechos morales a los animales tiene un fundamento ético, no se trata de una intolerancia individual. No es solamente algo que elijo para mí. Es un llamamiento a indignarse por la situación actual de los animales no humanos, a involucrarse en un tema de justicia. Es, sobre todo, una exhortación a una reforma social que toma partido por su inclusión en nuestro círculo ético para acabar definitivamente con su esclavitud.

Notas

[1] Los Andes Sociedad, «Por el bienestar animal», 20 de noviembre de 2011. Disponible en: http://www.losandes.com.ar/notas/2011/11/20/bienestar-animal-607706.asp

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