Mientras los amigos festejan

Con el camión que manejaba detenido en medio de una curva y sin saber hacia dónde tenía que girar, el conductor bajó corriendo a preguntar referencias del lugar a un grupo de hombres que, en un bar al paso, brindaban por «la amistad». Día del amigo en Argentina, uno que como gran triunfo incorpora a los «animales familiares», los suyos.

Ellas golpeaban el piso del camión estacionado y mugían, asustadas, exhaustas sin duda, tratando de observar por encima de los travesaños del camión. Ellas saben, siempre saben.

El conductor salió rápidamente acompañado por los hombres que con gran entusiasmo le indicaban por dónde tenía que doblar. Y ahí fue cuando uno dijo, entre risas: «Mirá cómo están de nerviosas, saben que van pa’ l matadero».

A mí se me anudó la garganta, al tiempo que el camión arrancó sin que pudiera más que detenerme y gesticular con enojo, dándome cuenta que no iban más que a sonreír ante lo que les estaba diciendo.

Los cuatro hombres volvieron al bar en medio de la terrible soledad del lugar. Era como que si el que habló hubiese dicho: «algo habrán hecho». Y punto.

De la nada por fuera y por dentro, un perro se me acercó moviendo la cola amistosamente. Con emociones encontradas, lo acaricié y nos fuimos caminando juntos.

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