1-12-05
Partamos de algunos presupuestos básicos:
a) las normas reglamentan la utilización cruel y letal de animales no humanos en todo el mundo;
b) la crueldad y la muerte que esto implica se admite porque son «animales»;
c) las corridas persisten por esta razón, no por ser arte ni tradición.
Nuevamente el Suplemento de Viajes del diario Clarín, edición del domingo 27 de noviembre pasado, ilustra las vacaciones «De Estados Unidos a Europa» eligiendo significativamente, para el diseño de tapa, la foto de un torero y un toro en plena corrida. Algo nublada, por cierto. Al lado de la estatuta de la Libertad y de Van Goh, entre otras. ¡Ah!, el arte.
El 18 de julio de 1999, el mismo suplemento había publicado entre otros párrafos, -como respuesta a la nota que les enviara con motivo de una foto bajo el título «Brindis en la arena» de la edición del 11-7-99, donde un matador se refresca luego de una corrida, (y adjudicándome la cita que hice de la Unesco acerca de la tauromaquia: el venal arte de torturar y matar animales en público siguiendo ciertas reglas.»)- lo siguiente:
«…La inclusión de ese material de ninguna manera significa que Viajes aprueba -o desaprueba- determinado fenómeno o ciertas costumbres de los pueblos. Es simplemente el registro -y ese es el espíritu de la sección- de algo curioso, llamativo, que quedó registrado en imágenes…»
Reitero que el diario no publicó mi carta sino que la citó en parte, deslindando responsabilidades. No parece que la foto del domingo 27 responda al mismo espíritu de asombro. En Argentina, las corridas están prohibidas, entre otros puntos porque estimulan la violencia y favorecen la falta de los valores de compasión y respeto por los otros. Esta foto del suplemento Viajes -directa o indirectamente-, insiste en la promoción de un espectáculo de tortura y matanza para invitar a la gente a que visite lugares como España o México, que ciertamente tienen tantos otros mejores puntos de atracción para alentar al turismo.