{"id":2255,"date":"2016-01-16T13:06:14","date_gmt":"2016-01-16T16:06:14","guid":{"rendered":"http:\/\/anyaboglio.com\/?p=2255"},"modified":"2016-01-21T00:44:04","modified_gmt":"2016-01-21T03:44:04","slug":"reflexion-etica-y-literatura-la-voz-de-los-otros","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/anyaboglio.com\/reflexion-etica-y-literatura-la-voz-de-los-otros\/","title":{"rendered":"Reflexi\u00f3n \u00e9tica y literatura: \u201cLa voz de los otros\u201d"},"content":{"rendered":"

\"LaJunto a las categor\u00edas conceptuales que desarrollan posturas \u00e9ticas determinadas, la narrativa cumple un papel an\u00e1logo desde su posibilidad de \u201cconstruir realidad\u201d. En el caso, nos interesar\u00e1 una palabra que haga pensar en una relaci\u00f3n muy diferente a la hoy aceptada en relaci\u00f3n a la gran mayor\u00eda de los animales sintientes.<\/p>\n

Con el prop\u00f3sito de ejemplificar esta afirmaci\u00f3n, voy a presentar el proceso de desviaci\u00f3n discursiva que tiene lugar en la protagonista del cuento La voz de los otros, a partir de ese grito silencioso que experimenta en su encuentro con quien podemos pensar como paradigma de ese mal. [1]<\/p>\n

En el relato se narra el encuentro entre una mujer y un hombre que aun guardan los afectos que los hab\u00edan unido durante la adolescencia, a pesar de que llevaban a\u00f1os sin saber nada el uno del otro. Ambos han tenido otras parejas e hijos pero ahora no mantienen ninguna relaci\u00f3n.<\/p>\n

Por la ilusi\u00f3n de un reencuentro y el aluvi\u00f3n de sensaciones en el que la ha sumergido la sorpresiva reaparici\u00f3n de su ex, Laura est\u00e1 impactada, azorada, pero a la vez deseosa de volver a verlo despu\u00e9s de veinte a\u00f1os. Rumbo a la confiter\u00eda donde van a encontrarse en la Costanera porte\u00f1a, comienza a sentirse profundamente invadida por los recuerdos que hab\u00eda reducido casi hasta el olvido. Est\u00e1 tensa. Descubre una horrible mancha en sus zapatos de tela, se molesta por su perfume en demas\u00eda y, tambi\u00e9n, por saberse en tren de seducci\u00f3n. No puede dejar de imaginar el momento por venir, en el que lo ver\u00e1 aparecer finalmente. Al bajar del taxi escucha una frase: \u201cBuenos Aires crece. Las guerras maduran a los pueblos<\/em>\u201d. [2] Pero no sabe si lo dijo el taxista u otra persona, ni le importa. Durante los interminables minutos de la espera, medita respecto de lo que amaba tanto como de lo que la alej\u00f3 de \u00e9l, aun en tiempos en que la defensa de los animales a la que hoy se dedicaba, apenas estaba en marcha. Y recuerda otras ideas de \u00e9l, que tampoco le gustaban.<\/p>\n

Durante el transcurso de la noche, sin embargo, un (des)encuentro se infiltra casi inconscientemente, sin que pueda entender qu\u00e9 le sucede. Experimenta un extra\u00f1o cansancio, un peso acumulativo que cierra su garganta de a poco impidi\u00e9ndole expresarse. Es un agotamiento que cabalga entre lo que escucha decir al Maxi que tiene delante y un pasado que la cerca con pantallazos. Un desaliento inconsciente que asoma con indicios en esas frases de autores conocidos que le vienen a la mente pero que no recuerda qui\u00e9n las dijo. Laura se ralentiza en el intento de aceptar que lo que entonces no soportaba de \u00e9l all\u00ed estaba intacto. Ella, sin embargo, ha cambiado, pero no puede decirlo, porque no le sirve el lenguaje que tiene a mano para hacerlo. Se da cuenta de que es un problema m\u00e1s profundo que el que ya conoc\u00eda, sin arreglo, y que no tiene elecci\u00f3n porque inevitablemente nunca podr\u00e1 estar de nuevo con ese hombre: Maxi encarna el paradigma de la sociedad especista. El contrapunto entre sus sentimientos aun sobrevivientes y el rechazo por lo que va escuchando, entendiendo, corroborando, la est\u00e1 hiriendo profundamente. Fracturada, no puede m\u00e1s que sentir ese creciente cansancio que casi la duerme mientras sigue escuchando susurros tray\u00e9ndole frases que reprimen lo \u00fanico que le importa: el \u201canimal trotando ante la palabra que se ocult\u00f3<\/em>\u201d. [3] El animal vivo, en libertad.<\/p>\n

Cuando regresa a su vivienda, mientras el \u201cdolor inmarcesible\u201d del desencanto comienza a evaporarse junto al pasado, se pregunta qu\u00e9 har\u00e1 con esa campera con cuello de piel que le acaban de regalar. Pero no lo siente como una ofensa a \u201csu\u201d veganismo. Ahora est\u00e1 viendo al animal asesinado junto al Maxi que no lo ve, lo que es sugerido en el relato cuando dice que tiene que repetirse a s\u00ed misma que \u201clo hizo con cari\u00f1o inocente porque \u00e9l no sabe\u2026<\/em>\u201d [4] Es una inocencia en la que ya no cree: Maxi representa a todos aquellos que, aun sabiendo, eligen o siguen eligiendo da\u00f1ar a otros. Y con este descreimiento alcanza su mayor compromiso con la causa que abraza, pues sabe que aceptarlo significa un adi\u00f3s definitivo, a pesar de que Maxi esperaba reiniciar la relaci\u00f3n.<\/p>\n

Con la \u00faltima de las citas que escucha, ya no se pregunta qui\u00e9n lo dijo, porque ya no importa. Toma una del d\u00eda siguiente lapicera y es ella qui\u00e9n dir\u00e1, escribiendo lo que podr\u00eda ser la apertura para una pr\u00f3xima disertaci\u00f3n. Pero lo escribe en registro literario, esbozando el nacimiento de una narrativa diferente: \u201cLos millones de animales no humanos torturados y masacrados a diario est\u00e1n gritando. Su lenguaje es hoy, todav\u00eda, entendido por pocos. Si pudieran hablar, un ensordecedor reclamo de liberaci\u00f3n har\u00eda vibrar el planeta y, tal vez m\u00e1s a\u00fan, todo el Universo<\/em>\u201d. [5]<\/p>\n

Queda planteada entonces la funci\u00f3n de la literatura como formadora de conciencia moral. En el caso de la opresi\u00f3n de los otros animales sintientes, pueden relatarse situaciones generales pero tambi\u00e9n historias concretas que describan qui\u00e9nes son y el da\u00f1o que les infligimos, asociado a una postura abolicionista. Narrar ese da\u00f1o, denunciarlo, documentarlo, criticar sus cimientos, definir a los victimarios que fomentan y defienden su perpetuaci\u00f3n, incluso condenarlo con sarcasmo novelesco, es dar voz a millones de v\u00edctimas, reclamando por la injusticia que soportan m\u00e1s all\u00e1 del grado o tipo de sufrimiento o muerte que les provoquemos. En el cuento de referencia, Laura nos dice que no estamos escuchando el grito del cual somos nosotros los responsables.<\/p>\n

Notas<\/strong><\/p>\n

[1] Aboglio, Ana Mar\u00eda, \u201cLa voz de los otros\u201d, en La voz de los otros,<\/em> Pers\u00e9, Buenos Aires, 2004.
\n[2] Ib\u00eddem<\/em>, p. 25.
\n[3] Celan, Paul, del ep\u00edgrafe de La voz de los otros.<\/em>
\n[4] Ib\u00eddem<\/em> nota 1, p. 33.
\n[5] Ib\u00eddem<\/em>, p. 33.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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