{"id":572,"date":"2001-03-01T16:40:08","date_gmt":"2001-03-01T16:40:08","guid":{"rendered":"http:\/\/theantipode.com\/annyaboglio\/?p=572"},"modified":"2011-03-16T20:39:58","modified_gmt":"2011-03-16T20:39:58","slug":"domesticando-al-lobo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/anyaboglio.com\/domesticando-al-lobo\/","title":{"rendered":"Domesticando al lobo"},"content":{"rendered":"

Recientes investigaciones antropol\u00f3gicas se\u00f1alan al lobo como el ascendente m\u00e1s directo del perro dom\u00e9stico. El bi\u00f3logo Raymond Coppinger y el ling\u00fcista Mark Feinstein, de Massachusetts, consideran que el perro es un lobo que ha quedado en lobato, una especie de perpetuo adolescente. Tal vez de all\u00ed su comportamiento l\u00fadico y juvenil, a\u00fan en edad adulta. Aunque no se conocen todas las respuestas al proceso ecol\u00f3gico que origin\u00f3 esta evoluci\u00f3n, queda claro que hoy el perro depende totalmente del hombre para su supervivencia.<\/p>\n

El acuerdo fue t\u00e1cito y las concesiones mutuas. Pero la historia demostrar\u00eda que los dares fueron del perro en una impresionante mayor proporci\u00f3n que los tomares.
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\nAprovechando su natural sumisi\u00f3n al l\u00edder de la jaur\u00eda, el humano lo entren\u00f3 para servirle de muy variadas maneras. Para cuidar su casa, su familia, su reba\u00f1o. Para jugar con \u00e9l y entretener a sus hijos. Para cazar, rescatar v\u00edctimas de cat\u00e1strofes o de accidentes, guiar ciegos, detener criminales. Para engrosar su cuenta bancaria haci\u00e9ndolo actuar en pel\u00edculas, intervenir en concursos, generar una valiosa lechigada. Incluso fueron usados para la guerra y para limpiar la ciudad de sus propios desperdicios. Poseedor de un lenguaje que el hombre apenas conoce, el perro demostr\u00f3 hasta qu\u00e9 punto su mayor dar es, sobre todo, una afectuosa compa\u00f1\u00eda. Accede al mundo de ni\u00f1os con graves disturbios mentales y autistas, al pozo de los deprimidos, a la soledad de tantos residentes en instituciones geri\u00e1tricas. Quienes pasaron por un ataque card\u00edaco, si tienen perros o gatos esper\u00e1ndolos sufren significativamente menos recidivas que quienes no los tienen -como lo prob\u00f3 el psiquiatra Aaron Karcher, de la Universidad de Pennsylvania-. Hace tiempo se sabe sobre las propiedades para tranquilizar y disminuir la presi\u00f3n arterial existentes en el acto de acariciar a un perro o a un gato, efecto que se potencia cuando se trata del propio.<\/p>\n

Alimento, abrigo, compa\u00f1\u00eda, protecci\u00f3n de su vida e integridad f\u00edsica, respeto por los intereses propios de su especie. Estos son los deberes que el humano no cumpli\u00f3 de una y mil formas. En un acto de dominio y posesi\u00f3n com\u00fan por otro lado a los dem\u00e1s animales y a la naturaleza toda, rompi\u00f3 a su antojo aquel acuerdo y traicion\u00f3 la confianza del animal que trajo a su lado. Viola el derecho a la vida y el de vivir de acuerdo a la naturaleza del animal, lo que supone la consecuci\u00f3n de sus propios intereses f\u00edsicos, de comportamiento y psicol\u00f3gicos. Se desprende de \u00e9l o lo sacrifica seg\u00fan conveniencia personal, cualquiera sea \u00e9sta, porque es muy viejo o porque es un cachorro insoportable, porque ladra mucho o porque no ladra, porque es muy d\u00f3cil o porque es muy independiente, porque se va de vacaciones o porque deja de estarlo. Genera razas que sufren graves problemas de salud como consecuencia de las manipulaciones gen\u00e9ticas a que son sometidas. Los mutila cortando sus orejas y colas para dudosos c\u00e1nones est\u00e9ticos. Los entrena para el ataque convirti\u00e9ndolos en perros que acaban mordiendo lo primero que se mueve a su alrededor, en vez de utilizar su natural inclinaci\u00f3n a la guardia. Los lleva a laboratorios donde sufren los pesares que no ser\u00edan admisibles siquiera imaginar en el perro con nombre que convive junto a \u00e9l. Los obliga a luchar a muerte por dinero y los entrena para carreras competitivas extenuando sus cuerpos prematuramente para acabar ahorc\u00e1ndolos con total impunidad. Permite su desmedida reproducci\u00f3n para remediarla, nuevamente, con la muerte. Esto sucede en el mismo mundo que reconoce ampliamente la riqueza sensitiva de este animal y valora su incondicional afecto.<\/p>\n

A diferencia de los humanos, los perros no necesitan teorizar acerca del amor. Simplemente lo demuestran, una y otra vez. Como en relaci\u00f3n con todos los animales, ha llegado el momento de incluirlos en el c\u00edrculo de nuestras consideraciones \u00e9ticas.<\/p>\n

Una versi\u00f3n simplificada de este art\u00edculo fue publicado en el diario \u00abLa Uni\u00f3n\u00bb de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, el 17 de marzo de 2001. Con final adaptado fue publicado en el mismo diario, suplemento \u00abNosotras Hoy\u00bb, el 22 de diciembre de 2001.<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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