Mucho camino por recorrer

10-4-2011

Mendoza  es, sobre todo, tierra de olivos, viñedos, hortalizas y frutas. Las lluvias para pasturas no abundan, por lo que la cría de animales para comida nunca fue el fuerte de esta provincia. Pero como la demanda en general está bien instalada e impulsada, se ha ideado un sistema de finca bajo riego para llevar a los terneros y agregarles entre 100 y 120 kg de peso en los 8 ó 9 meses en que allí los tienen, antes de venderlos a engordadores o feedlots. En pocas palabras: se cultiva en esas fincas el alimento que sustenta la “ganadería” intensiva. Este negocio tuvo, en la semana iniciada el 3 de abril del presente año, su primer Remate Calidad Argentina de Feedlot en la Bolsa porteña, organizado por la Cámara que nuclea a los productores. Los “lotes” filmados se expusieron en el recinto y también vía internet.

En los medios apareció, también en estos días, el sonriente Richard Gere, de gira por Latinoamérica, citado como vegetariano y buscador espiritual. Se fue de Argentina y de Uruguay con muchas bolsas de camperas y artículos de cuero, mientras que durante su estadía en Punta del Este se deleitó con ese famoso dulce preparado con la explotación de las vacas criadas para quitarle tanto su leche como sus hijos. Y también su vida. [1] Es un problema el término vegetariano, al menos tal como se usa en este país en el lenguaje habitual. Me acuerdo de los avisos que ofrecen “omelettes vegetarianas” en los restaurantes de Buenos Aires.

Pasemos a las aves. El sector avícola quiere estar a la par de Brasil, el mayor productor mundial. Las líneas de producción y la genética permiten “fabricar” animales a la medida de los mercados mundiales: es que en algunos lugares los prefieren pequeñuelos. Los créditos otorgados son tan impresionantes como los subsidios, y la tendencia es aprovechar la sangre, las plumas y las vísceras junto con la grasa que, recuperada, se utiliza para calderas o se extrusa con aceite de soja y de camiones para producir biodiesel. El presidente del centro de Empresas Procesadoras Avícolas dice que tienen mucho camino por recorrer. [2]

Estas historias adolecen de una constante invariabilidad. Cambian de estilo y protagonistas, escabullidas en la onda green “que se ocupa del tráfico ilegal de fauna.”  En este caso, los individuos sufrientes no son tenidos en consideración, aunque lo parezca: llaman la atención porque su especie –esa construcción social sin sensibilidad− está en extinción. En Misiones, por ejemplo, acaban de rescatar una hembra cachorra de gato margay que mostraba signos de haber estado en cautiverio. Desde Santiago del Estero, un hombre llevaba en un micro de línea, una serie de cajas con 670 reptiles y una mulita. Es habitual este tipo de operativos, que también incluye cueros de carpincho, yacaré y víboras destinados al mercado europeo. [2] Entre otros, las tortugas bebés y los pájaros abastecen la demanda de “mascoterío.” Si hay demanda judicial, en general las causas prescriben o los acusados son sobreseídos. La protección legal, usualmente denominada protección de la fauna silvestre, está destinada a proteger a una especie en peligro de extinción, no le preocupa la vida de los individuos en sí mismos. Lo que peligra es el animal como recurso.

Entonces, propongo una mirada diferente a la institucionalizada, a la instalada desde el poder que sostiene la esclavitud de los animales no humanos, y para quienes ya la tienen, el desafío consiste en inspirarla y recrearla en los demás. Enterarse de ciertas atrocidades  puede servir para aprovechar la cresta de la angustia, como un surfista aprovecha la cresta de la ola para llegar a la orilla. Pero quedarse en la circunstancia no alcanza, pues son aristas de un problema que se genera en la misma causa. Develar lo que les sucede, a todos, en cualquier forma, en cualquier lado, es la intención que anima cada paso que doy para provocar esa profunda reflexión que nos hace falta como seres pensantes. La cosificación de los otros animales corta el vínculo con nuestra propia animalidad para situar a los otros animales en el campo de la dominación instrumental.  Y su aspiración es mantener ese corte. Para revertir el proceso, para rescatar la mirada libre de la contaminación propia de la normosis con la que se instala esa calidad de mercadería, necesitamos despertar en los demás la empatía a través de paralelos que nos sumerjan en nuestra propia condición de sufrientes y buscadores de disfrute. Diría que es, además, una provocación a no desear el daño que hoy se les inflige. No hace falta prohibir lo que nadie desea. Las prohibiciones podrán llegar luego, para las excepciones que sí serán juzgadas porque indignarán a casi todos los que pedirán justicia. El Derecho actual necesitará un cambio sustancial que revierta la situación actual, en vez de ahogarse en proposiciones formales que no logran validarse al no estar asentadas en cambios de la realidad social. El Derecho no es “un conjunto de normas.” Lo individual pesa en la construcción jurídica. Por eso la mirada atenta que propongo empieza por develar las raíces que llevan al actual estado de situación respecto de los otros animales. La pregunta es sencilla. Reformulo la que planteó Camus en otro contexto: ¿Quieren violentar y matar, directa o indirectamente, a otros seres sintientes?

Como ya se ha dicho, tenemos mucho camino por recorrer.

Notas

[1] Las vacaciones de Richard Gere en Punta del Este. Revista Hola. Disponible en: http://www.hola.com.ar/actualidad/item/382-las-vacaciones-de-richard-gere-en-punta-del-este

[2] “Tenemos mucho camino por recorrer”, por Florencia Carbone, La Nación, 5 de abril de 2011.

[3] “Detienen a un hombre que iba en un micro con 670 reptiles”, por Sibila Camps, Clarín, 9 de abril de 2011.

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